Un trabajo minucioso de todos los actores involucrados

En la última década se ha abordado la preocupación por la calidad de la educación superior mediante un nuevo sistema, que apunta a fortalecer y garantizar la calidad en diferentes niveles.


Si originalmente correspondió a la Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado, CNAP, realizar procesos experimentales de acreditación, la ley 20.129, de 2007, creó una nueva institucionalidad a cargo de la CNA, que ha proyectado estos procesos con un alcance permanente. Hasta ahora, su herramienta más visible ha sido la acreditación institucional.


Mucho se ha avanzado en este ámbito.La mayoría de las instituciones de educación superior autónomas se han adscrito voluntariamente al proceso de acreditación.


Es preciso contar a la brevedad con nuevos criterios de evaluación que orienten los procesos de acreditación, que sean definidos por la CNA como fruto de un amplio diálogo con la comunidad de la educación superior, de manera de fortelecer el compromiso de todos los actores del sistema con el mejoramiento continuo, a partir de un consenso sobre lo que hoy corresponde.